Sofocos
en la menopausia

A muchas mujeres les resultan desagradables los sofocos durante la menopausia, aunque son un proceso natural de esta etapa.

Pero, ¿cuál es la causa de estos brotes de sudoración repentinos?

Índice

sofocos y menopausia

Los sofocos durante la menopausia

De repente y sin motivo, te invade un calor, que se extiende poco a poco por la cara, el cuello, el pecho y finalmente toda la parte superior del cuerpo.

Tu piel se enrojece y te sientes como si estuvieras resplandeciente, mientras empiezas a sudar. El sudor se desata.

Durante la menopausia, los sofocos son probablemente uno de los síntomas de la menopausia más conocidos ya que es uno de los efectos secundarios más comunes de los cambios hormonales en el cuerpo femenino.

Alrededor del 75% de las mujeres sufren brotes espontáneos de sudor durante la menopausia.

Los sofocos pueden aparecer ya en la perimenopausia, es decir, al comienzo de la menopausia, entre los 45 y 47 años de edad. Sin embargo, se producen con especial frecuencia en la postmenopausia, aproximadamente un año después de la última menstruación, entre los 50 y los 52 años.

¿Cuándo pueden aparecer los sofocos?

No es posible predecir con exactitud cuándo aparecerán los sofocos durante la menopausia.

Cada mujer atraviesa la menopausia de forma individual y con síntomas diferentes.

Por lo tanto, no todas las mujeres se ven afectadas por el calor espontáneo con la misma intensidad y frecuencia o incluso hay mujeres que nunca llegan a sufrir este problema.

sofocos de la menopausia

Taquicardias y sudoración durante la menopausia

Es imposible predecir con qué frecuencia se experimentarán los sofocos, si será en el día o en la noche y cuánto tiempo durarán.

Mientras que algunas mujeres experimentan sofocos hasta veinte veces al día, otras sólo los experimentan ocasionalmente y pueden encontrarlos menos estresantes.

Estos sofocos pueden durar desde unos segundos hasta una hora, aunque por lo general, en 3 o 4 minutos se acaban.

¿Cuánto tiempo duran los sofocos?

Es cierto que cuanto antes aparecen, más tiempo permanecen.

Si los sofocos aparecen de manera espontánea en la perimenopausia, pueden durar una media de diez años o más.

Si, por el contrario, los primeros sofocos han aparecido después de la menopausia, duran unos seis años de media antes de desaparecer de forma repentina, igual que aparecen.

Aunque los sofocos aparecen de repente y sin previo aviso en los momentos más inoportunos, suelen anunciarse mediante una sensación de presión en la cabeza o un malestar creciente.

El llamado calor repentino suele ir acompañado de enrojecimiento de la piel, mareos o palpitaciones, lo que puede ser desagradable y tal vez incluso aterrador, pero no tiene nada que ver con posibles problemas de corazón, ya que es una reacción natural del sistema circulatorio, no hay razón para preocuparse.

Una vez que la sudoración ha remitido, muchas mujeres se sienten agotadas y empiezan a sentir frío. Esto se debe a la evaporación del sudor en la piel caliente.

Los sofocos durante la menopausia no sólo se producen durante el día, muchas mujeres también sufren sudores nocturnos, que pueden provocar trastornos del sueño.

Sofocos y sudoración durante la menopausia: Las hormonas

Las causas exactas de los sofocos y los sudores durante la menopausia no están claras, aunque es cierto que los cambios hormonales en el cuerpo femenino o el descenso de los niveles de estrógenos y progesterona juegan un papel decisivo. Se supone que el desequilibrio de las hormonas sexuales femeninas que se produce durante la menopausia conduce a alteraciones de la temperatura corporal en el cerebro, más precisamente, en el sistema nervioso autónomo.

Cuando la temperatura corporal es demasiado alta, el cerebro suele asegurarse de que los vasos sanguíneos se dilaten, de modo que fluya más sangre a través de la piel para liberar el calor del cuerpo.

Como resultado, la presión arterial aumenta, la piel se enrojece y comienza la sudoración.

Los estrógenos y progesterona también están presentes en las señales que el cerebro recibe ante la aparición de un sofoco.

Si la concentración de hormonas se desajusta durante la menopausia, el cerebro interpreta erróneamente esto como una indicación de sobrecalentamiento, lo que desencadena el siguiente sofoco, aunque es cierto que existen otras causas que pueden provocar los sofocos.

Otras causas de los sofocos

No solamente las hormonas sexuales pueden provocar sudoración en la menopausia.

También hay hormonas relacionadas con el estrés, como la adrenalina o el cortisol, que activan el metabolismo durante un momento de estrés que aumentan la presión arterial y el ritmo cardíaco, lo que puede favorecer la aparición de sofocos.

Otras causas pueden ser:

  • Consumo excesivo de café o té
  • Consumo excesivo de alcohol
  • Consumo de alimentos picantes o difíciles de digerir
  • Consumo de alimentos y bebidas demasiado calientes
  • Uso de ropa muy abrigada
  • Temperatura de un espacio cerrado muy elevada
  • El sobrepreso
sofocos menopausia tratamiento

Enfermedades y medicamentos

Es cierto que no siempre los sofocos están relacionados con la menopausia, ya que también pueden ser un efecto secundario de ciertos medicamentos o como un simple síntoma de otras enfermedades como:

Hipertiroidismo: La aceleración metabólica resultante provoca, entre otras cosas, sofocos, sudoración abundante y el aumento de la temperatura corporal.

Diabetes: La sudoración es un síntoma de hipoglucemia, es decir, un nivel de azúcar demasiado bajo en sangre.

Alergias: Las reacciones alérgicas pueden provocar sofocos.

¿Cuándo hay que ir al médico por los sofocos?

Durante la menopausia, los sofocos son una reacción natural y normal del cuerpo a los cambios hormonales y no hay que preocuparse. Sin embargo, si la menopausia no es la razón de la sudoración espontánea, debes acudir a tu médico para identificar y tratar a tiempo la causa de cualquier posible enfermedad en una fase temprana y tratarla.

Además de una prueba de alergia, un historial médico detallado también puede ayudar a identificar el desencadenante de los sofocos.

Si, además de los sofocos, también sufres irregularidades en tu ciclo menstrual, pero no estás segura de si la menopausia ya ha comenzado, debes acudir a tu ginecólogo para descartar posibles enfermedades o confirmar el inicio de la menopausia.

A través de las hormonas sexuales femeninas presentes en la sangre, se puede determinar rápidamente si has entrado o no en la menopausia.

Aunque los sofocos no suelen causar ningún síntoma grave, debes acudir al médico si los sofocos son tan intensos que interfieren en tu vida cotidiana y, sobre todo, en tu calidad de vida.

Por lo general, los sudores provocados por la menopausia son fáciles de tratar, y no es necesario tomar medicamentos fuertes.

¿Qué hacer ante la aparición de un sofoco?

Con la aparición de un sofoco durante la menopausia nuestro día a día se puede ver alterado, pero por encima de esto, una dieta sana y equilibrada puede ayudar a sobrepasar esta situación.

Es importante consumir suficientes vitaminas y fibra, además de reducir el consumo de grasas animales.

Es importante beber suficiente líquido cada día: aproximadamente 1 o 2 litros al día.

El ejercicio, preferiblemente al aire libre, también puede aliviar los sofocos durante la menopausia.

El ejercicio físico fortalece el sistema cardiovascular y estabiliza la presión arterial.

Los deportes de resistencia como correr, caminar o nadar, ayudan al cerebro a mantenerse en equilibrio y los brotes repentinos de sudoración pueden reducirse significativamente.

Es recomendable llevar ropa transpirable, como el lino o el algodón, no sólo cuando hagas deporte, sino también en tu día a día, ya que estos ayudan a tu cuerpo a regular su temperatura y no te hacen sudar tan rápido como los tejidos sintéticos.

También te presentamos diferentes opciones para reducir los sofocos en tu día a día:

  • Evitar el estrés o tratar de reducirlo, por ejemplo, mediante ejercicios de relajación.
  • Reducir el consumo de café, té negro y alcohol.
  • No fumar.
  • Reducir el consumo de comida demasiado picante o demasiado caliente.
  • Es recomendable consumir alimentos que sean fáciles de digerir.
  • Vigila tu peso e intenta deshacerte de los kilos de más, ya que los sofocos en las personas con sobrepeso son más comunes.
  • Cuando estés en un ambiente cerrado, intenta que la temperatura no sea demasiado elevada. Especialmente en el dormitorio de 16 a 18 °C se considera un entorno óptimo para dormir.
  • Utiliza ropa de dormir transpirable y ropa de cama de algodón o lino.

Remedios naturales para combatir los sofocos

No es necesario recurrir a medicamentos para combatir los sofocos.

Existen remedios suaves y preparados naturales de hierbas, como Femarelle® Recharge, para aliviar la brotes espontáneos de sudoración.

También existen otros remedios a base de hierbas como:

  • Soja
  • Cohosh negro
  • Trébol rojo
  • Soja
  • Aquilea
  • Manto de dama

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la eficacia de estos remedios naturales aún no se ha demostrado, pero algunas mujeres informan de un alivio en sus sofocos.

que tomar para los sofocos de la menopausia

Terapia hormonal

Si los remedios naturales y los cambios en tu vida cotidiana no te dan lo resultados esperados y los sofocos de la menopausia conducen a un deterioro extremo de tu calidad de vida, la terapia hormonal (THM) suele ser la única opción.

Aunque los tratamientos a base de terapia hormonal pueden ser muy efectivos, es importante que consultes con tu profesional sanitario para conocer todas las opciones.

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